La cuarta dimensión
Entendida como una dimensión adicional del espacio (no del tiempo, como en la teoría de la relatividad), aparece en Oscar Wilde, Fyodor Dostoyevsky, Marcel Proust, H. G. Wells y Joseph Conrad, que inspiraron algunas de las composiciones musicales de Alexander Scriabin, Edgar Varese y George Antheil y algunas de las composiciones plásticas de Pablo Picasso y Marcel Duchamp.
Influyeron en el desarrollo del cubismo. Incluso figuras tan dispares como el psicólogo William James, la escritora Gertrude Stein o el socialista revolucionario Vladimir Lenin se interesaron por este tema.
El interés por las dimensiones superiores alcanzó su punto máximo entre 1870 y 1920. 1 Durante estos años, se convirtió en un tema común en la literatura fantástica, el arte e incluso en algunas teorías científicas.
Asimismo, cuando los matemáticos intentan generalizar los conceptos de la geometría euclidiana tridimensional, se interesan por este tema. El matemático Charles L. Dodgson, que enseñó en la Universidad de Oxford, deleitó a generaciones de estudiantes al escribir algunas ideas sobre la 4 dimensión bajo el seudónimo de Lewis Carroll.
Desde un punto de vista académico, el estudio general de la geometría cuatridimensional es en gran parte el resultado del trabajo de Bernhard Riemann. El matemático y escritor de ciencia ficción británico Charles Howard Hinton acuñó muchas palabras nuevas para describir los elementos de la 4 dimensión.
Según el Oxford English Dictionary, fue el primero en utilizar la palabra tesseract en su libro A New Age of Thought. También acuñó las palabras «kata» (en griego, «abajo») y «ana» (en griego, «arriba») para describir las dos direcciones opuestas en la cuarta dimensión, correspondientes a izquierda y derecha, arriba y abajo, y adelante. espalda.