La cooperación de los lugareños (Espías talibanes) fue necesaria para que las operaciones militares estadounidenses en Afganistán obtuvieran datos estratégicos y culturales.
Este capítulo explora los Estados Unidos. Para adquirir conocimientos culturales y estratégicos, las intrincadas operaciones militares en Afganistán requirieron la cooperación de la población local. La organización utilizó informantes afganos para recopilar información sobre los talibanes y Al Qaeda en secreto y prometió protegerlos a cambio.
El objetivo de la intervención militar estadounidense en Afganistán, que comenzó en octubre de 2001, era derrotar al gobierno talibán y a la organización terrorista Al Qaeda, que estuvo detrás de los ataques del 11 de septiembre. La Operación Libertad Duradera, como se la conoció inicialmente, se puso en marcha rápida y asiduamente. Los talibanes ya fueron derrocados después de dos meses. Para crear una estrategia internacional que ayudara a la reconstrucción del Estado afgano sin los talibanes para mantener la paz y evitar, con el tiempo, que los terroristas se reorganizaran en el país, se adoptaron los acuerdos de Bonn, patrocinados por Naciones Unidas. firmado en diciembre del mismo año.
La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), que ha estado comandada por la OTAN desde 2003, se propuso garantizar la seguridad de Kabul y sus alrededores, luchar contra Al Qaeda y los insurgentes y encabezar la reforma del sector de seguridad. Basado en la presunción occidental de que los estados liberales y democráticos promueven la estabilidad y la armonía social, se decidió actualizar todas las instituciones de la nación (incluido el ejército, la policía, los sistemas judicial, educativo y de salud, así como la infraestructura), iniciar la proceso de democratización y celebrar elecciones presidenciales y legislativas. Asimismo, los organismos internacionales encargados de guiar la recuperación económica de una nación en ruinas, que había sufrido la invasión soviética en los años 1980, una guerra civil en la década siguiente y el terror del régimen talibán hasta la nueva invasión liderada por Estados Unidos y sus aliados en 2001 eran organizaciones internacionales como el Banco Mundial o agencias de las Naciones Unidas y sus colaboradores humanitarios.