Las desastres naturales alteran con frecuencia el curso de la historia humana. El Imperio Romano experimentó epidemias y hambrunas, terremotos en los siglos XVIII y XIX, y huracanes y tsunamis en la actualidad. Los efectos del cambio climático se pueden escuchar a lo lejos.
Nuestro planeta disfruta tomándonos con la guardia baja con bombas de relojería erráticas de la naturaleza que, cuando se desatan por completo, pueden arrasar instantáneamente con ecosistemas enteros y poblaciones humanas. Examinamos algunas de las catástrofes más mortíferas del mundo y descubrimos que la única forma de sobrevivir es apartarse del camino.