La grasa es un macronutriente esencial para el cuerpo humano.
Proporciona al cuerpo energía, ayuda a absorber algunas vitaminas y minerales esenciales, y proporciona una capa protectora para los órganos internos. Sin embargo, el tipo y la cantidad de grasa que consume pueden tener un impacto significativo en su salud.
Hay dos tipos principales de grasa alimenticia: grasas saturadas y grasas insaturadas. Las grasas saturadas son generalmente sólidas a temperatura ambiente, y se encuentran en alimentos como la mantequilla, el aceite de palma y de coco, el queso y la carne roja.
Estas grasas pueden aumentar el colesterol LDL (mal) en el cuerpo, lo que a su vez aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca. Las grasas insaturadas, que generalmente son líquidas a temperatura ambiente, se encuentran en alimentos como los frutos secos, el aceite de oliva y el pescado.
Estas grasas pueden ayudar a reducir el colesterol, lo que contribuye a un corazón saludable. El consumo excesivo de grasas saturadas también puede contribuir al aumento de peso, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas. Según las Guías Alimentarias para los Estadounidenses, se recomienda limitar el consumo de grasas saturadas a menos del 10% de las calorías diarias.
Es importante priorizar los alimentos ricos en grasas saludables como las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, como el aceite de oliva y los frutos secos. Estas grasas pueden ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y otras enfermedades crónicas, manteniendo su corazón y su cuerpo saludables.
El impacto de la grasa en el cuerpo humano