Ciudad Juárez, México, se está desmoronando debido a la cocaína. Todos los días, traficantes y policías corruptos, financiados por los cárteles que controlan este lucrativo mercado, La Línea y Sinaloa, mueven cientos de kilogramos a través de la frontera hacia Estados Unidos.

Ciudad Juárez, estratégicamente situada cerca de la frontera con Estados Unidos, es la última parada de la larga ruta del tráfico de cocaína que va de Colombia a Nueva York. Al documentar el rastro de muertes relacionadas con las drogas, un periodista australiano logró infiltrarse en la organización criminal más peligrosa del mundo, el cartel de La Línea. Un largo viaje que comienza en Ciudad Juárez, donde Miguel, un policía encubierto con voz distorsionada, le introduce en el turbio mundo de las drogas blancas.

El cartel de La Línea, una de las organizaciones criminales más peligrosas del mundo, fue infiltrado por un periodista australiano que documentó el rastro de cadáveres que deja la droga. Un largo viaje que comienza en Ciudad Juárez, donde el agente encubierto es conducido al turbio mundo de las drogas blancas de la mano de Miguel, el policía deshonesto y de voz distorsionada.

Arriesgando su vida por unos pocos dólares, Miguel trabaja para el cartel de La Línea. A pesar de los controles que la policía fronteriza estadounidense refuerza constantemente, cruza la línea varias veces al mes en un vehículo que transporta varios cientos de kilogramos de cocaína. Los narcotraficantes como Miguel, sin embargo, sortean estas medidas de seguridad y entran fácilmente al país. La corrupción del cartel en ambos lados de la frontera logra su objetivo.

Estados Unidos es ahora el destino de la cocaína. Miguel viaja hasta allí y pasa por el mayorista. Un americano de clase media que no despertaría sospechas. El infiltrado sigue a Miguel de regreso a Ciudad Juárez, donde los espera uno de los contadores de la pandilla, sorprendido por las actividades de los narcotraficantes. Desde este infame lugar se entregan armas, dinero en efectivo y pedidos.

En Ciudad Juárez, donde la violencia va en aumento, más de mil personas mueren al año: un récord.